Aún no me puedo creer que un gobierno, dícese socialista de izquierdas y de progreso, tome decisiones tan irracionales cuyas consecuencias ya están hipotecando la vida de todos los ciudadanos:
- Decida construir el tren con menos demanda de Mallorca: el tren tram Manacor-Artà, cuyo trayecto para llegar a Palma es más largo en tiempo y distancia que en autobús.
- Decida seguir con el proyecto más irracional y absurdo de toda la legislatura, sabiendo que en la península se están cerrando líneas en uso con tan poca demanda como el tren tram de Artà.
- Decida bajar un 5% los sueldos de los pilares más sociales de la sociedad: los profesionales de la sanidad y los profesionales de la educación (entre otros).
Si no se construyese el tren con menos demanda de toda Mallorca, que no tiene una cobertura social suficiente y es totalmente deficitario económicamente, se podría sufragar 4 años de descuentos en las nónimas de los funcionarios de Baleares, y muchos más años si sólo no redujeran el sueldo a los funcionarios de la salud y la educación.
Cabe recordar que la salud y la educación también son competencia de la comunidad autónoma de Baleares, como los ferrocarriles. Y también cabe recordar que así como otras comunidades autónomas cuyas competencias en ferrocariles les han sido tranferidas han legislado en esta materia (Catalunya, el País Vasco), Baleares no ha legislado en materia de transportes ferroviarios.
Intentando analizar estas decisiones aparentemente irracionales llego a la conclusión que tienen su lógica: una sociedad enferma e ignorante no se opone a las decisiones drásticas de un poder cuya misión es perpetuar una economía basada en el consumo depredador de territorio a base de grandes vías de comunicación y la urbanización de sus nodos (sin ningún tipo de estética, diseño ni encanto). Primero fueron las autopistas y ahora los ferrocarriles, sin una verdadera apuesta por un transporte público eficiente, óptimo y basado en las infraestructuras ya existentes. Desgraciadamente no tenemos ninguna propuesta política para evitar la desgracia de Mallorca porque nisiquiera los partidos "ecologistas" son capaces de denunciar tales barbaridades, al contrario, las promoueven.